Defendiendo Sálvame…

Me llega a través de Susana Alosete este artículo que no puede dejar indiferente a nadie, y así lo demuestran sus comentarios:

Sálvame diario ha revolucionado la televisión porque no es un programa del corazón, es un reality televisado diariamente durante cuatro horas. Y esto para cualquiera puede parecer sencillo y estúpido. ¿Acaso Gran Hermano no son 24 horas de reality? Sí, pero en una semana hay 60 minutos escasos de situaciones dignas de ser emitidas. El resto son siestas y conversaciones triviales.
Pero de todas estas cosas lo que a mí realmente me fascina del programa es su capacidad para dilatar el tiempo televisivo, para hacer que algo que podría contarse en 30 segundos dure 20 minutos.

En: Me llamo Mer: Sálvame
Iba a ponerle un comentario, pero al final he preferido ponerlo aquí:
Si Mer en vez de esto me hubiera contado lo rico que está el Macburguer, lo sabroso, bonito, y estupendo que es, y que bueno, puede que no tenga ningún valor nutritivo y suponga una bomba calórica sin precedentes, pero que a fin de cuentas hay unos cuantos miles de personas que lo comen cada día, entonces yo habría respondido:

Vale, pero no deja de ser comida basura, y está bien ir al MacDonald de vez en cuando, pero no quiero comer esa bazofía cada día, y menos durante cuatro horas 🙂

Parece que el éxito comercial justifica cuatro horas de telebasura diaria más los parásitos televisivos que construyen sus programas alrededor de la misma. Y no es así.

5 comentarios en «Defendiendo Sálvame…»

  1. La verdad que Me llamo Mer se ha visto un montón de “tomates”. Ahora me entero que los titulares engañosos se llaman “teasers”, claro! 🙂
    Un buen artículo resumen de lo que hubo, hay y qué hace allí.

  2. Yo no creo que Mer defienda Sálvame por el hecho de que lo consuman un montón de personas, sino que explica que todas esas personas lo ven porque, como programa de televisión, es mucho más y mejor de lo que parece a simple vista.

  3. Yo he defendido en algún sitio que el problema del espectador medio es que no entiende realmente qué le están contando en Sálvame.
    Sálvame es, en realidad, un subversivo manifiesto nihilista en el que se hace de Belén Esteban una personificación de la destrucción de los valores morales de occidente.
    Cuando de sus espectadores, aun aborregados, hagan legión fiel, los enviarán a destruir los símbolos del capitalismo y darán pie a un nuevo orden.

  4. Me quedo con la última frase: “Parece que el éxito comercial justifica…” Por suerte o por desgracia, así es, aunque el razonamiento sea un poco circular: es una cadena privada y su objetivo es hacer ganar dinero a sus accionistas, así que cualquier cosa que justifique el éxito comercial es adecuada para su objetivo. Si emitiendo eso ganan más dinero, justificado queda y bien hecho está.
    Si estuviéramos hablando de una televisión pública sería otra película. Pero en una cadena privada todo vale, especialmente en el terreno del entretenimiento (sin meternos en otros más serios o controvertidos).
    Tal vez el problema es que la gente ve en las teleiviones privadas algo que no son. Son empresas cuyo objetivo es hacer ganar dinero a sus accionistas, simplemente eso.

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