@clara_soler de @marioschumacher by Sonia Blanco, on Flickr" href="http://www.flickr.com/photos/sblanco/8680549529/">@clara_soler de @marioschumacher" src="https://farm9.staticflickr.com/8539/8680549529_f795e9e193_m.jpg" width="240" height="240" />Como ya sabréis, estos días pasados he estado participando del ExperienceTrip de #RegalaZaragoza organizado por Zaragoza Turismo y Viajeros sin Límite y que consistía en conocer la ciudad desde una perspectiva diferente, concretamente desde una silla de ruedas.
Aquí os dejo un videoresumen que apenas esboza lo que ha sido un fin de semana cargado de sorpresas, emociones y sentimientos encontrados. Y digo esto porque resultaba tremendamente curioso ver cómo, sobre todo las personas mayores, nos miraban con cara entre sorpresa (por la cantidad de sillas de ruedas juntas y el jaleo que íbamos montando) y cierta expresión de pena, como diciendo: Qué pena, tan joven y tan mona, y en silla de ruedas. Vale, lo de mona me lo he inventado yo 😉
En el otro lado estaba la expresión de sorpresa de los grupos de colegiales que nos íbamos encontrando por distintos sitios, y que te miraban con total descaro y naturalidad, y les escuchabas expresiones como: Mira, mira cómo frena o un sencillo Mámá, ¿por qué hay tantos paralíticos?
Pero estoy divagando y dejando de lado momentos importantes como el de la cena del primer día en el Confortel Romareda en el que nos alojábamos, y que yo desconocía que pertenece a la ONCE, y por tanto incluyen habitaciones preparadas tanto para discapacidad visual, auditiva como de movimiento.
Mariola, su directora, nos preparó una cata a ciegas que en principio consistía en vendarnos los ojos para la cena, al menos hasta los entrantes. Pero todos nos sentimos tan fascinados con la experiencia que seguimos “ciegos” mucho más tiempo del previsto inicialmente. Y no sólo te das cuenta de la dificultad que es intentar pinchar un fino trozo de salmón en un plato que se te antoja enorme, sino ver la formación específica que necesitan unos camareros que deben estar pendientes de tus movimientos y darte indicaciones precisa de cualquier cosa que te sirven: El agua lo tiene a las 12, y el vino a la 12:05, además le he puesto un trozo de jamón a las 3 y uno de queso a las 9. De verdad, intentad hacer esto un día en casa y descubriréis un nuevo mundo, que no es precisamente de luz y de color.
Tras esa experiencia única, al día siguiente nos dirigimos al tranvía, en el que resultó muy fácil entrar y salir, para adentrarnos en la hermosa ciudad de Zaragoza. No tardamos mucho en encontrarnos el primer obstáculo, que no era tal para un discapacitado normal, pero que parecía una muralla para alguien tan torpe como nosotros. Con las precisas intrucciones de Miguel Nonay pude hacer mi primer “minicaballito” con la silla de ruedas para superar un rebaje que se había quedado a escasos dos centímetros del suelo.
Tengo que decir que Zaragoza es una ciudad muy bien preparada para circular en silla de ruedas, y resultó muy gratificante acceder a distintos Museos (nos os perdáis en el vídeo el momento “bombero”), la Basílica del Pilar, su torre, el Parque del Agua, incluso el estupendo Acuarium, que aunque está diseñado para introducirte en una ambiente acuático/selvático/tropical, suelo incluído, no por ello han olvidado una completa accesibilidad para las sillas de ruedas.
La experiencia ha sido fascinante y divertida. Y esa es la sensación que hemos transmitido según me habéis contado los que habéis seguido el hashtag #RegalaZaragoza a través de distintas redes sociales. Desde luego a ello ayudaron muchísimo por un lado el estupendo grupo de blogueros en el que nunca faltó el sentido del humor, pero por otro, las atenciones de Miguel Nonay y Zaragoza Turismo, que nos mimaron “casi” en exceso.
Pero en algunos momentos del día, cuando las manos ya empezaban a flaquear y nos peleábamos más por empujar las sillas, que por pilotarlas (gracias José por ser mi ángel empujador) , no podía dejar de pensar que la experiencia habría sido muy distinta de haber tenido la movilidad reducida de verdad. Jamás pensé que entrar y salir de un ascensor iba a ser algo tan frustrante, y que me sentiría tan torpe intentando maniobrar en sitios algo más delicados.
La experiencia como novata en estas lides ha sido inolvidable, y espero con muchas ganas el viaje “pro”.
Mención especial merece Panama Jack que nos equipó debidamente para las condiciones de la jungla urbana en silla de ruedas 🙂
Por último, aquí os dejo la colección de fotografías que he hecho estos días y que tenéis en Flickr, aunque aún faltan muchas fotos por subir:
Algunos otros blogueros que están publicando al respecto:
- Pablo Herreros
- Hombrelobo
- Marta Simonet
Actualización 8 de mayo: Diapositivas Miguel Nonay
1 comentario en «Resumen: #ExperienceTrip de #RegalaZaragoza. Act. 1»
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