Hablábamos en días pasado de cambios en estos últimos diez años, y hace unos días que recibí el siguiente correo en el que he eliminado todo lo que pudiera identificar a su remitente.
Apreciada Sonia,
Me llamo x, tengo x años y vivo en un pueblo cerca de xxx. Hoy, xx de xxxxx de 2013, es un día fundamental para mí y para mi familia: celebramos mi primer ‘cumplevida’ y quiero compartir esta felicidad contigo.
Mi historia empieza en 2007 cuando me diagnosticaron un linfoma no Hodgkin, un tipo de cáncer de la sangre. Tras recibir duras sesiones de quimioterapia, la enfermedad remitió y fui recuperándome poco a poco. Volví al trabajo y a mi vida normal junto a mi marido, xxxxx, y a mis hijas, xxx e Xxx. Desgraciadamente, la tranquilidad duró poco puesto que al cabo de un año me diagnosticaron una leucemia aguda, seguramente desencadenada tras el fuerte tratamiento que recibí. En ese momento, no tuve otra opción: necesitaba un trasplante de médula ósea y mis hermanos no eran compatibles. La Fundación Josep Carreras, mediante el Registro de Donantes de Médula Ósea, buscó entre todos los donantes disponibles en el mundo y localizó ‘a mi media naranja’.
Por eso, el 17 de mayo de 2012 me encontraba en una cámara de aislamiento recibiendo las nuevas células. Quiero dar las gracias a mi donante, esa persona que nunca conoceré y a la que le debo TODO. Gracias por salvarme la vida.
Muchas gracias a la Fundación Josep Carreras por su trabajo, por su lucha continua y desinteresada y su enorme generosidad. Ahora valoro mucho más la vida y sé que me queda un largo camino por delante viendo a mis hijas crecer. Quizá tenga más obstáculos en el camino pero los iré esquivando.
Y gracias a ti y a todas las personas que sois donantes de médula ósea por vuestra sensibilidad.
Afectuosamente,
Nombre Apellido
Recibo esta carta desde la Fundación Josep Carreras ya que yo soy donante de médula. Es obvio que yo no he sido la donante en este caso, pero no pude dejar de pensar en que alguien que sí ha llegado hasta el final del proceso y ha donado su médula ha recibido este agradecimiento por parte de su receptor, y no me imagino cómo ha debido sentirse.
La Web 2.0 ha supuesto un acercamiento en muchos sentidos, una humanización de todas esas personas que estamos a un teclado de distancia. En España, según tengo entendido, la donación en vida o muerte es anónima, es decir, donante y receptor no se conocen, ni saben nada el uno del otro.
Sin embargo, esta persona ha encontrado la manera de agradecer casi directamente a esa persona que le ha dado la posibilidad de seguir viviendo.
Juan Pablo Seijo decía que estos últimos años estamos globalizando la gilipollez. Vale, pero también estamos globalizando la generosidad…
Donación en vida 2.0 POR @SBLANCO http://t.co/bx74MNBujc
Donación en vida 2.0 http://t.co/DM2MhQPPbE