Ayer se inauguró el Festival Internacional de cortometraje y cine alternativo de Benalmádena (FICCAB) con la proyección de la última película del director británico Ken Loach, cuyo título en español es Sólo un beso (Ae Fond Kiss, 2004).
Un delicioso retrato social de las dificultades que aún en día tienen que afrontar las parejas interraciales. En este caso, vemos la historia de amor entre Casim, un pakistaní de segunda generación, y Rosin, una católica irlandesa, que imparte clases de música en un colegio católico con un alumnado de multirracial, y lo que es mejor, multicultural.
De hecho la película comienza con una declaración de Tahara, hermana de Casim, ante sus compañeros de colegio dónde explica el concepto tan equivocado que tenemos en occidente sobre los musulmanes, y como pensamos que son todos iguales, a pesar de las grandes diferencias que entre ellos existen. Tantas como entre los católicos irlandeses y los españoles, por poner un ejemplo cercano.
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