Debo ser un bicho raro. No veo el programa de “Cruz y Raya”, y apenas he visto unos minutos de “Homozapping”. Sin embargo, tanto me recomendaron a los primeros que decidí intentar verlo esta semana. Justo la semana en que también Carlos Latre estrenaba programa. La calidad de Latre como imitador es incuestionable, pero ver si era capaz de llevar el sólo el peso de un programa despertó mi curiosidad.
Y lo que encontré fueron tres programas con pequeñas diferencias pero básicamente iguales. Y todos me hacían la misma poca gracia.
Estos tres programas se dedican a parodiar otros espacios televisivos, con tanto derroche de imaginación que prácticamente el mismo objeto de burla. En algunos casos están más inspirados que en otros, pero ninguno de ellos es, en mi modesta opinión, ninguna maravilla.
Lo que no me puedo creer, es que no haya guionistas jóvenes con ideas frescas y nuevas para programas de producción propia. Los ejecutivos de televisión están siguiendo las directrices del cine de los años 70 u 80 que decía que si una película tenía éxito, había que repetir la fórmula con mismo tipo de historia e idéntico reparto. Hasta que el público se hartara.
¿Es que nadie se atreve con algo nuevo?