Siempre es un placer leer a Manuel Alcántara, y hoy me ha recordado un tema sobre el que hace tiempo quería escribir: la “corrección política”.
Os transcribo aquí el párrafo (publicado en el Diario Sur de hoy) que me ha recordado el tema:
¡Qué refrescante leer algo que los americanos considerarían una absoluta incorrección política!
Y todo esto viene porque hace días que vengo pensando que, hasta cierto punto, nos hemos convertido en esclavos de tan absurdo concepto. Ha llegado un punto en el que más de una vez me muerdo la lengua cuando me encuentro entre conocidos, por miedo a decir algo que pueda ofender a alguien.
Expresiones tan inocentes como “currar como un negro/chino”, contar chistes de “mariquitas” (perdón, homosexuales), no digamos ya de “negros” (perdón: afroamericanos) o indios (perdón: nativos americanos), o “gitanos” (perdón: romaníes), se han convertido en todo un ejercicio de valentía ante la falta de sentido del humor que ha ocasionado tanta corrección política.
Pues bien: yo toda mi vida he escuchado chistes de mujeres, especialmente rubias, y cuando tienen gracia, me río. Porque es necesario también reírse un poco de uno mismo y no dar importancia a lo que es un simple chiste.
Distinto es que se abuse o se haga con la pretensión de ofender, lo cual obviamente me parece muy criticable. Pero seamos un poco más flexibles y riámonos más de todo. Total, son dos días.
Y acordáos del viejo chiste y pensad que el buen humor más vale que “zozobre” que no “zofalte”.
Fuente:
Diario SUR Digital | OPINIÓN – Los ex
Lo más absurdo, para mí, es cuando un español llama ‘afroamericano’ a un negro, en España.
A mí ciertamente “Afroamericano” me parece un epíteto racista, y lo de “Subsahariano” me da urticaria (¿Se debe aplicar a un afrikaaner?, quizás se ofenda…)
Miedo a las palabras… qué temor será el que realmente esconde?
Saludos a todos