El miedo no es buen amigo de la búsqueda de soluciones

Pocas veces (por no decir ninguna) he visto tanto consenso en la blogosfera a la hora de referenciar un artículo. Y aunque a estas alturas no necesita más difusión, yo también quería rendir mi pequeño tríbuto a este estupendo texto de Amador Fernández Savater en el que nos comenta sus impresiones sobre la cena que mantuvo con la ministra González Sinde y unos cuantos acólitos. Cena que por cierto, parece ser que pagamos todos.
El texto, como comenté en Facebook, resulta Imprescindible para entender que por un lado la ministra sigue sin enterarse de nada, y por otro lado parece que Álex de la Iglesia tampoco se enteró de mucho en la reunión que organizó.
Es un texto denso y largo que merece la pena leer con calma, y darnos cuenta de que a la ministra le importa un bledo lo que los ciudadanos piensen, una vez que ya había demostrado, que tampoco tenía en mucha consideración las decisiones judiciales sobre las webs de enlaces.
El autor resalta sobre todo el miedo que se respiraba en dicha reunión por lo acontecido con respecto a la Ley Sinde en los últimos meses. Sin embargo, me preocupa mucho que ese sea el punto de partida de alguien que propone una ley. Porque el miedo no es buen consejero, el miedo no ayuda a buscar soluciones, el miedo te bloquea y te rebela ante un enemigo que en este caso no existe.
Destaco aquí un par de párrafos para abrir boca:

Lo que hay aquí es una élite que está perdiendo el monopolio de la palabra y de la configuración de la realidad. Y sus discursos traducen una mezcla de disgusto y rabia hacia esos actores desconocidos que entran en escena y desbaratan lo que estaba atado y bien atado. Ay, qué cómodas eran las cosas cuando no había más que audiencias sometidas. Pero ahora los públicos se rebelan: hablan, escriben, se manifiestan, intervienen, abuchean, pitan, boicotean, silban. En la reunión se podía palpar el pánico: “nos están enfrentando con nuestro público, esto es muy grave”…
… creo que lo más valioso del movimiento por una cultura libre no es que proponga soluciones (aunque se están experimentando muchas, como Creative Commons), sino que plantea unas nuevas bases donde algunas buenas respuestas pueden llegar a tener lugar. Me refiero a un cambio en las ideas, otro marco de interpretación de la realidad. Una revolución mental que nos saque fuera del callejón sin salida, otro cerebro. Que no confunda a los creadores ni a la cultura con la industria cultural, que no confunda los problemas del star-system con los del conjunto de los trabajadores de la cultura, que no confunda el intercambio en la Red con la piratería, etc.


El artículo completo en: La cena del miedo (mi reunión con la ministra González Sinde) – Acuarela Libros

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