El otro día me dispuse a comprar un par de ordenadores para mi oficina, y lo hice a través de la web de la compañía.
Lo curioso es que para rellenar todos los datos para efectuar la compra tuve que contestar a un montón de preguntas. Entre ellas, me llamó especialmente la atención ésta:
Lástima que sólo podía responder SI o NO, si no me habría dado el gustazo de responder algo como: “Pues no, pero si fuera para eso no se preocupe que me compraría un Mac que seguro que no se me cuelga”.